Saludos cordial,
Por: Felipe Gomez
EL VIERNES SANTO DE LA HUMANIDAD
Estamos distraídos. Unos paseando y divirtiéndose en alguna playa o finca de recreo, otros poniendo su esperanza en los hombres y no en Dios. Olvidamos por completo la dureza de los tiempos presentes y esquivamos cualquier compromiso trascendente con nuestra alma.
Pero es tiempo de hacer un examen de conciencia minucioso. De pedir la gracia del autoconocimiento para poder así limpiarnos de tanta inmundicia que ha dejado el pecado en nuestra alma.
Es momento de hacer un alto en el camino y buscar las cosas que construyen y edifican. Ojalá lo entendiéramos, nuestra alma tiene sed de Dios.
Si pudiéramos ver nuestros corazones con los ojos de Dios, comprenderíamos tal vez, que necesitamos ayuda con urgencia. Que no podemos seguir viviendo así, llenos de orgullo, avaricia y rencor.
¿Creemos acaso, que estamos viviendo los misterios gloriosos de la humanidad? No es así, estamos en medio de los dolorosos. Estamos "ad portas" de muchos acontecimientos duros que exigirán temple en nuestras almas, valentía y coraje. Tendremos que decirle a la humanidad en quien debe estar puesta nuestra esperanza.
Es tiempo de confesarnos ante un sacerdote, tiempo de comulgar y orar. Es un momento para pensar en cuantos cristianos perseguidos hay en el mundo, cuantos puestos en prisión por haberse atrevido a difundir la palabra de Dios. Cuantos perseguidos por irse en contra de las ideologías nefastas que apoyan y aprueban el pecado en todas sus formas y modalidades.
Es tiempo de recordar que aquellos que sembraron con lágrimas y tristeza, recogerán con alegría, pero aquellos que prefirieron ser cómplices del príncipe de este mundo, cosecharan con llanto frutos inertes.
La humanidad está pasando por el viernes santo, no lo olviden.
Dios los bendiga!
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