Saludo cordial,
UN BURRO EN BATALLA
Cuando rezas El Rosario con tus vecinos, cuando llamas a las almas a la santidad, cuando participas de la celebración Eucarística, cuando das testimonio, e incluso cuando haces un acto de caridad, no lo haces solo, el cielo te acompaña. Dios envía a los santos y los ángeles a que te protejan e intercedan por ti, pues entras en un campo de batalla.
Lo que llamamos "trabajar para Dios", es un acto valiente en el cual vas a entrar a la boca del lobo, para arrebatarle a las ovejas. ¿Crees que podrías hacerlo solo?
Para hacerlo, necesitas ayudas extras. Ni tu conocimiento intelectual, ni tus habilidades, talentos o carismas, son armas suficientes para lograr tan alto propósito. Es necesaria la intervención de los Santos ángeles de Dios. Necesitas ayudas celestiales. Tu puedes recurrir a una preparación previa y posterior a la batalla con tu oración.
Cúbrete con la sangre de Jesús, con el manto de la Virgen Santísima, pídele a Los Ángeles de Dios que vengan en tu auxilio, confiésate, ora, medita en la palabra y comulga. Reza El Rosario y bendice a tu familia, para que sean protegidos mientras ejerces tu ministerio.
Al regresar de misión, ora, descansa un poco, dedica tiempo a meditar en las almas y deja todo en manos del Señor con profunda humildad.
Tu no convertiste a nadie, no te sientas demasiado útil o efectivo, no tienes la capacidad de llevar a las almas hacia el cielo, eso lo hace Dios. Fue el Señor quien lo hizo todo, tu fuiste como un burro en el cual El se subió, fue a algún lugar, predicó e hizo milagros y luego volvió a casa contigo.
Por lo tanto, por el bien de tu alma, no dejes que te alaben, no caigas en la tontería de creerte digno, bueno o santo. No te dejes adular, simplemente hiciste lo que tenías que hacer, llevar a Jesús y la Virgen.
Los aplausos y las palmas alabando son para Jesús, no para el burro.
Algunos hombres han caído en la trampa de la vanidad, son felices contando sus logros espirituales, tomándose fotos y contando a los cuatro vientos, lo buenos que son y lo mucho que hacen. Tu no!
¿Que buscamos? Que Dios sea conocido, amado y servido. Queremos que su corazón reine, Que triunfe el corazón de la Inmaculada.
Así que, manos a la obra!
La obra de Dios necesita de un equipo de trabajo, no de los "superpoderes" de un individuo.
Recurre a la oración de tus amigos, tanto del cielo, como de la tierra. Pide que intercedan por ti, que te ayuden en esta empresa.
Animo y Buena pesca!
Dios te bendiga
Felipe Gómez
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