Saturday, March 16, 2013

Rv: Los castigos, ¿son útiles a la crianza?


 
----- Mensaje reenviado -----
De: Juan Pablo Campo Bedoya <jpcb_online@yahoo.com>
Para: thecrazyqueen07@hotmail.com; deleons@colpatria.com
Enviado: Miércoles 13 de marzo de 2013 18:00
Asunto: Los castigos, ¿son útiles a la crianza?

Por Silvia Renata Figiacone
Alan Kazdin, psicólogo americano dedicado a la orientación de padres con hijos con conducta desafiante, tiene en su libro un capítulo llamado "Castigo. El más incomprendido, poco usado y demasiado usado recurso en la paternidad".  En su texto, Kazdin dice que muchos padres responden más al mal comportamiento que al buen comportamiento y que, cuando responden al mal comportamiento, buscan maneras de castigar.

El castigo, dice Kazdin, es la única herramienta en muchas casas, y no es, necesariamente, la mejor herramienta para orientar el mal comportamiento.
Sin embargo, cambiar la creencia de que el castigo es bueno y útil a la crianza es una de las tareas más importantes en la orientación a padres. Muchos padres preguntan ¿cómo castigo?, en lugar de preguntar ¿qué hago para que se porte mejor?. El castigo nunca puede ser el eje de un programa que pretende cambiar el comportamiento, dice el autor.

A lo sumo, una pequeña herramienta de auxilio a la paternidad, pero nunca la herramienta.

"El castigo es poco comprendido, crónicamente mal usado y en gran medida sobreutilizado para cambiar el comportamiento, sin embargo, cuando se lo usa apropiadamente, puede ser efectivo".
Sin embargo su uso tiene límites.

El castigo no ayuda a que el comportamiento no se repita en el futuro. Sin embargo, suele detener el comportamiento que se quiere evitar en el momento siguiente a que ocurrió, otorgando a los padres la sensación de que es efectivo. Es así como se ingresa en lo que llaman espiral de castigos. Se portan mal, se los castiga, se vuelven a portar mal, se los vuelve a castigar, cada pequeño comportamiento que se quiere evitar en el futuro se castiga y así el castigo se vuelve hábito en la paternidad.

Los chicos tienen una capacidad "asombrosa" (en palabras de Kazdin) de adaptarse al castigo. Eso facilita que los castigos sean cada vez más frecuentes y duros (hay padres que en consulta dicen "ya no se qué sacarle").

El castigo supone además una respuesta emocional en los chicos que muchas veces irrita a los padres y otras facilitan que levanten el castigo que acaban de ofrecer: lloran, gritan, se angustian, etc. En ese punto, la irritación conduce a la agresión (generalmente verbal) y el cese del castigo a que la estrategia que se quiere implementar para detener el mal comportamiento (el castigo) pierda toda eficacia: "hago lo que quiero total me ponen en penitencia pero me perdonan".

¿Cómo usar el castigo de manera esporádica y eficiente? Recomendaciones de Alan Kazdin:

1) Como el castigo enseña a un chico qué se quiere que no haga pero no enseña qué se quiere que si haga, cualquier tipo de castigo debe ir acompañado por un programa de refuerzos que le diga al chico qué queremos que haga y que le enseñe a obtener refuerzo positivo por el buen comportamiento. No solo castigar si es necesario sino ofrecerle elogios cuando se porta bien y premios a cambio de acciones difíciles de sostener para él que son sostenidas con esfuerzo

2) El castigo debe ser suave y corto. Un minuto por año de edad sentado en una silla lejos de distracciones es castigo suficiente para un chico pequeño.

3) No castigar cuando se está enojado. Es más fácil escalar en esas situaciones u otorgar penas más grandes de las que se quisiera o sería justo.

4) No usar como castigo una tarea que se quiere instalar como hábito. Es importante considerar que si se asocia una tarea que se quiere instalar como hábito (ordenar los juguetes) a un castigo (ahora por haberte portado mal vas a ordenar tus juguetes), será difícil generar hábito porque el chico sentirá rechazo hacia dicha actividad

5) Cuando uno se da cuenta de que está castigando a un hijo varias veces por día por la misma razón, uno está haciendo algo mal y tiene que reflexionar al respecto
Si se lo acompaña de otras estrategias que orientan la sana paternidad como el prestar atención a los chicos, acompañarlos en sus intereses, modelar comportamiento positivo y reforzar positivamente lo que hacen bien, el castigo puede ser una herramienta útil a la pauta parental.
Cuando nos damos cuenta de que estamos castigando a nuestros hijos con frecuencia, es posible que ellos estén portándose mal, pero es sin duda cierto que nosotros nos estamos equivocando en la pauta de crianza.

REFERENCIAS:
Kazdin A (2008). The Kazdin Method for parenting the defiant child. Houghton Mifflin.


Juan Pablo Campo Bedoya
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