Rv: Adolescentes: el verdadero desafío

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RICARDO SERRANO QUIJANO

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Enviado: Martes 27 de noviembre de 2012 17:44
Asunto: Adolescentes: el verdadero desafío

Por: Silvia Renata Figiacone Ser padre es una tarea que puede reportar inmensa felicidad así como implica enormes responsabilidades. Cada etapa de la vida del ser padre, en correspondencia con cada etapa del desarrollo de los hijos, tiene sus propios desafíos. La adolescencia es, sin duda, de las más retadoras. Del trabajo que hagamos en la adolescencia (y del que hayamos hecho) dependerá la relación que tendremos con nuestros hijos en el futuro. La adolescencia es una etapa que supone cambios enormes: Biología: El cerebro sufre grandes transformaciones durante la adolescencia con el impacto que implica para el desarrollo y el comportamiento. Cada nuevo aprendizaje produce comunicaciones nuevas entre neuronas existentes, y como la adolescencia es una etapa sin precedentes en lo que a cantidad de aprendizajes se refiere, la explosión de conexiones es inevitable. Al mismo tiempo, el cerebro necesita decidir cuáles son las conexiones que conservará y cuáles eliminará para funcionar bien y así es como vacía su papelera de reciclaje podando, o cortando, las conexiones neurales que no se utilizan o necesitan para darle economía a su funcionamiento. Finalmente, se refina el proceso de mielinización, una garantía biológica para la velocidad de procesamiento de la información. Gracias a este proceso, la información viaja más rápido y el cerebro puede dar respuesta más adecuada a los desafíos de cada día. Psicología: Estos cambios solo son los cimientos de cambios más profundos: la búsqueda de la identidad, del propio lugar en el mundo, de los roles sociales a asumir, la profesión a elegir, de la formación de relaciones estables… Múltiples cambios que ocurren frente a ojos azorados de padres que, de repente, intentan reconocer debajo de tanto movimiento al hijo que casi sin que se dieran cuenta creció tanto. En pocos años, los chicos realizarán cambios enormes, atravesarán momentos de inestabilidad emocional intensa, variarán sus relaciones sociales, se sentirán confundidos y perdidos en relación a su futuro, experimentarán por primera vez con diversos tipos de sustancia y se iniciarán en una nueva etapa del ejercicio de la sexualidad. Mucho cambio para ellos, grandes desafíos para nosotros. Los padres: En palabras de Feinstein: "más allá de lo que digan, para los adolescentes los padres importan". Y qué tipo de padre tienen, importa más aún. Está establecido que existen al menos tres tipos de estilo de crianza: el autoritario, el permisivo y el democrático. Solo este último cría chicos sanos y felices y cultivarlo es toda una tarea. Al momento de acompañar la adolescencia de los chicos, si se quiere tener éxito e hijos sanos en el futuro, un padre democrático debe evitar (Feinstein):   -          Dar clase, cuando son chicos aceptan de buen modo el planteo definitivo de la autoridad, sin embargo, en la adolescencia necesitan explicaciones, negociación, intercambio, expresar sus propias opiniones y que sus padres las integren a su discurso -          Acosar, ningún chico responde positivamente al acoso permanente de un padre que pide, ordena, exige… "limpia tu cuarto, deja de hacer eso, cámbiate, estudia…". Algunos padres creen que con este tipo de insistencia lograrán resultados, sin embargo, posiblemente consigan el efecto contrario -          Poco tacto y timing, las conversaciones que deben tenerse con hijos adolescentes deben ser espontáneas. No es de utilidad decir "ven, tenemos que hablar de un tema importante". El padre ha de estar consciente de generar espacios de intercambio (las comidas sin televisor por ejemplo) que favorezcan la conversación y abran la posibilidad de conversar sobre lo que es importante de manera espontánea a ojos de los chicos -          Discutir, discutir con adolescentes no tiene sentido, han nacido para eso. Tienen energía extra, amor por el debate y la discusión y emociones intensas que se activan en ese tipo de situaciones. Lo justo y necesario, de acuerdo a Feinstein, es dejar claro lo que se piensa como padre cuando se considera importante y no discutir lo que se cree no es discutible. Si ello se acompaña de tiempo y espacios compartidos el adolescente sabrá tolerarlo -          Atacarlos personalmente y provocar sentimientos de culpa, aún cuando los chicos lo harán todo el tiempo, el adulto necesita sostener el control. Atacar a un hijo y culpabilizarlo para sostener control sobre él, va en detrimento de su sano desarrollo. Los chicos lo harán. Nosotros debemos resistir la tentación. No parece fácil… Sin embargo, existen estrategias que sí funcionan: comunicarse abiertamente y con frecuencia, expresar afecto, sostener el rol de padre y no acercarse como par, negociar cuando es necesario y abstenerse de hacerlo cuando no es posible, conocer su mundo, su entorno y valorarlo como positivo, comprender el rol que sus amigos tienen para él, entender que sus emociones suponen una revolución fuera de su capacidad de control… Empatizar con ellos. Ese posiblemente sea un buen secreto, y las memorias de la propia adolescencia están ahí para asistirnos. Juan Pablo Campo Bedoya Consultor y soporte IT de SOLUCIONAIT CIA S. EN C. Celular y Teléfono: 3163804280 - 3694150 Calle 76 N° 47-23 Local 3 Correo alterno: juan.campo@soluciona-it.com Pagina web: www.jpc-soluciones-it.com.co Blog: http://jpc-soluciones-it.com.co/cgi-bin/ebb/blog2/index.php