Monday, December 05, 2005

ERES FELIZ?? RAPIDO LEE ESTO, EL TIEMPO ES CORTO APROVECHALO AL MAXIMO!!

Cambie su vida en seis pasos haciendo lo que le gusta y no lo que le tocaA diario, la gente siente que no vive a gusto con lo que hace, sin embargo se resigna y continúa. Salga de ese círculo y disfrute la vida.

Primera pregunta: ¿le gusta lo que hace para vivir?, es decir: ¿su trabajo le llena? (segunda pregunta). O, tercera pregunta: ¿cuando se levanta en la mañana de un día hábil, tiene ganas de vivir el día que tiene por delante?

Si ha contestado que sí a estas tres preguntas, este artículo no es para usted. Le felicito por haber tomado las decisiones correctas en su vida. Si su respuesta fue que de vez en cuando no, creo que este artículo tampoco es para usted: todo el mundo sabe que en el trabajo hay días malos.

Pero si definitivamente contestó no a las tres preguntas, quizá este artículo pueda ayudarle.

Ese “No” es la realidad de muchas personas: trabajamos porque tenemos que sostenernos, pero a veces esos trabajos distan mucho de ser lo que deseamos de nuestra vida: son solo un medio para lograr pagar las facturas y mantener a nuestras familias.

La gente siente que no vive a gusto con esta situación, pero se resigna. Y con frecuencia piensa: “¿Cómo sería mi vida si ...?” y se pregunta qué habría pasado si hubiera estudiado otra cosa, si hubiera puesto ese negocio que a nadie se le ha ocurrido, si hubiera viajado al exterior para estudiar, si no se hubiera empleado en esto sino en aquello... Alto ahí: ¡usted puede salir de ese círculo!

1 Comience

Hay que parar de imaginarnos todos los días ¿cómo sería nuestra vida si...?, dejando que los días transcurran sin hacer nada.

Lo primero es hacer una investigación juiciosa para darles la oportunidad a nuestros sueños. Si, es claro que lo ideal es escoger la carrera cuando uno termina el bachillerato. Pero también puede ser después, aunque cueste mucho más trabajo. No es fácil dejar lo que se ha avanzado en otro campo (todos atesoramos nuestro lugar en la sociedad) y comenzar de nuevo. Sin embargo, por la felicidad propia vale la pena.

2 Sueñe

Es la primera cosa a la que renunciamos: soñar termina por parecernos cosa de niños. Pero es exactamente ahí donde hay que comenzar la búsqueda: ¿qué era eso que usted disfrutaba tanto en la infancia o adolescencia y que podía hacer durante horas sin pensar en el tiempo? ¿Qué es eso que usted sabe, hace bien y con gusto? ¿Hay alguna virtud que siempre le han elogiado? ¿Qué es eso que hace mejor que las demás personas que le rodean?

Sus sueños pueden ser grandes o pequeños, entre más grandes, mejor: hay que apuntarle a las estrellas para llegar a la Luna. Lo importante es definir. Después de hacerlo, escriba una lista de las habilidades que usted cree debe tener una persona que se dedique a hacer lo que usted quiere. Luego muestre su lista a alguien que tenga conocimiento del área y complemente lo que haga falta o tache lo que sobre.

3 Entrénese

El paso siguiente es evaluar si tiene o no las habilidades necesarias y sobre las que sí tiene, calificar si el nivel es alto, medio o bajo. Seguramente usted tendrá varias de las capacidades listadas y por eso le ilusiona conseguir ese sueño.

Esta es la primera carta de navegación. Si encuentra que ya tiene la mayoría de las habilidades en un nivel alto y las que le faltan son deseables más no necesarias, entonces comience inmediatamente a sondear el mercado por el trabajo que desea.

Si ve que tiene deficiencias en esas habilidades, pues a mejorarlas cuanto antes. Bien sea estudiando usted solo o inscribiéndose y asistiendo a los cursos necesarios, disciplínese para lograr al menos un nivel medio en la mayoría de las capacidades y un nivel alto en algunas, antes de salir en busca de oportunidades.

4 Véndase y hágase notar

Cuando sepa que tiene las habilidades necesarias, es tiempo de sondear el mercado. Para hacerlo, documéntese con los listados de entidades a las que les interesan empleados o contratistas con esas competencias. Luego consígase los teléfonos, direcciones o emails, y llame para confirmar quiénes son las personas a las que debe dirigirse y si puede hacer una cita con ellas.

Normalmente esto es complicado por las agendas, pero si no lo logra en primera instancia, queda el recurso del correo electrónico.
Procure venderse muy bien, expresando su pasión por hacer lo que desea y sobre todo mostrando cuáles son sus habilidades. Si tiene un portafolio de cosas para mostrar, o así sea solo una muestra, explótelo. Luego, póngase a disposición de la persona para que le conozca si lo requiere.

En ocasiones puede resultar más tentador ofrecer una muestra de su trabajo, para que tengan idea de lo que realmente ganarán con su ayuda. Recuerde que quien decide necesita saber y sentir en qué beneficiará a él o a su compañía su ayuda, y ese beneficio debe ser claro.

5 Haga seguimiento

Espere respuesta a más tardar en 15 días, después de este tiempo, lo más probable es que hayan leído el mail y no les haya interesado; en ese momento lo que hay que hacer es llamar nuevamente, preguntar por la persona o quien lo soporte e intentar hablar o concertar una cita.

¡Si no les interesa, que le confirmen de una vez! Lo óptimo es conseguir una reunión, pues eso le dará rostro a su propuesta y permitirá a la persona tomar una decisión más fácilmente.

Lo usual es que deba sembrar entre veinte y treinta veces para conseguir dos o tres oportunidades. No se desanime, es cuestión de tiempo. Esto es muy importante, puesto que si se llena de pensamientos que lo debiliten cuando no recibe respuestas, el miedo le inmovilizará. A muchos los detiene para siempre, a otros por unos años, pero siempre se pierde tiempo.

Si está buscando lo que es, tenga claro que lo va a encontrar. Enfóquese en tener el suficiente buen sentido para estar buscando donde debe ser y no se detenga.

6 No se rinda

Mientras tanto, si le es posible, no renuncie a su actual trabajo. Ya sé que le cuesta mucho no hacerlo y que además llega con el cerebro vuelto talco a revisar a quién llamará y qué propuesta va a enviar, pero le toca esperar si quiere estar tranquilo financieramente.

Es más, póngase a ahorrar para que, en caso de poder cambiar de rumbo antes de lo previsto, pueda tomar la decisión con tranquilidad.

Saque fuerzas de donde pueda, para programar estas actividades en su tiempo después de la oficina, en los fines de semana... el fin último es sembrar. No se crea esa utopía de que es imposible trabajar alegremente y que no hay más remedio que seguir en el mismo rollo.

En parte la responsabilidad no es sólo dar la cara para los demás, también es dársela a uno mismo y buscar aquella cosa que uno pueda hacer con todo el corazón, manteniendo el cuerpo y el espíritu unidos.

Le garantizo que no se arrepentirá de intentarlo. Crea en la posibilidad de lograrlo, todo el tiempo. Y si amanece pesimista, piense que es mejor darle la oportunidad a su sueño pues ninguno sabe hasta cuándo va la vida y cuando esta se acabe, más vale estar tranquilos de haber dado la lucha que preguntarnos una vez más “cómo habría sido todo si...”

Los hijos…

Muchos encuentran en sus hijos la razón de continuar en un trabajo que no los inspira -de levantarse temprano y trabajar hasta tarde- porque saben que eso les permitirá darles lo que necesitan.

Esto es respetable y no pretendo cuestionarlo, pero tengan en cuenta que vivirán tranquilos con este sacrificio sólo si consiguen esquivar las crisis personales y evitan culpar a los hijos de la posible frustración.

Dado que tenemos que trabajar durante la mayor parte de la vida, la humanidad se ahorraría muchas enfermedades si hiciera un ejercicio más juicioso y tranquilo con la selección de la profesión.

Necesitamos muchos más consejeros vocacionales y menos opiniones sobre qué profesiones “dan plata”, sin mencionar a qué costo. Más gente que ayude a nuestros niños y jóvenes a potenciar las habilidades innatas y a pensar en volver su profesión aquellas cosas que les inspira hacer.

En vez de decirles: “estudie esto que sí da plata”, tratar de buscar un equilibrio orientándolos para que estudien eso para lo que son buenos y además disfrutan. En el terreno de las elecciones todo es válido: pero que al menos se consideren todas las opciones.

“No hay nada que hacer cuando ante una montaña rusa, alguien prefiere un carrusel”. (Cambiar de oficio es como la montaña rusa: emocionante.)

Más vale tarde que nunca

Paulo Coelho: un ingeniero con problemas mentales que se convirtió en escritor.
Después de pasar por un colegio jesuita y esquivar los deseos de sus padres para estudiar ingeniería, Paulo es internado por su rebeldía dos veces en un hospital psiquiátrico, donde es sometido a varias sesiones de electroshock. Pasó por el teatro y el periodismo antes de ser readmitido en el hospital una tercera vez.

Poco más tarde empieza la carrera de derecho, pero tiempo después abandona sus estudios para dedicarse de nuevo al teatro. Lo llama su vocación hacia la literatura y se traslada a París un año para dedicarse de pleno a escribir, sin muchos resultados.

Finalmente regresa a Brasil al año siguiente (1978) y se emplea como ejecutivo en una empresa discográfica, la CBS. Pero no abandona su sueño: en 1987 Paulo escribe El Peregrino de Compostela y al año siguiente, El Alquimista. Lo demás es historia.

Roberto Gómez Bolaños: Ingeniero, publicista, libretista y actor.

El conocido Chespirito vivió su infancia felizmente en una casa que había construido su madre con mucho sacrificio.

Ya de joven le gustaba la ingeniería, por lo cual comenzó estudios relacionados con el tema y tuvo algunos trabajos, pero se dio cuenta de que eso no era lo suyo. Afirma que “el peor trabajo fue haciendo cálculos y dibujando topografía”, pues le parecieron aburridos.

Posteriormente trabajó en una agencia de publicidad, haciendo comerciales, anuncios y textos artísticos de programas de radio y televisión. Le gustaba escribir, así que pensó que se quedaría en eso, pero un buen día faltó un actor al set, y como él había escrito el libreto del programa, supusieron que se sabía de memoria el texto y le propusieron hacer el papel.

Aunque tuvo que repasarlo rápidamente pues no lo recordaba todo, le puso todas las ganas a la interpretación y salió bien librado. Los productores lo invitaron a seguir en eso y así comenzó su carrera como actor.

Deepak Chopra: De médico a líder de la meditación.

Nació en la India en 1947, y obtuvo su título de médico en 1968. Tiempo después se trasladó a los Estados Unidos, donde realizó una exitosa carrera que lo llevó a ocupar un cargo directivo en el New England Memorial Hospital. Sin embargo, afirma que se sentía incómodo con su posición.

En 1981 conoció al “prominente médico ayurveda” Brihaspati Dev Triguna, quien cambió su visión de la existencia y posteriormente se incorporó al movimiento religioso de la Meditación Trascendental, liderado por el Maharishi Mahesh Yogi. Deepak Chopra incursionó en la “medicina ayurveda”, una disciplina milenaria hindú, y comenzó a compartir su experiencia vital a través de sus libros.

Hoy Chopra posee su propia editorial, Quantum Publications y desde 1993 es director ejecutivo del “Instituto Sharp para el Potencial Humano y la Medicina Cuerpo-Mente” en San Diego, California.

Antanas Mockus: el maestro que enseñó desde la Alcaldía de Bogotá. Considerado un niño genio, Antanas Mockus aprendió a leer a los dos años y se graduó con honores del Liceo Francés de Bogotá. Luego estudió matemáticas en Dijon, Francia. Después de hacer un master en filosofía, ser profesor y vicerrector académico en la Universidad Nacional, es designado como rector de la entidad, donde le conocimos por su estilo “diferente” y su interpretación especial de la pedagogía.

Después de ser destituido del cargo, se presenta como candidato a la Alcaldía de Bogotá y logra llegar a ella sin publicidad ni promesas electorales. Durante su gobierno sanea las finanzas distritales al aplicar la práctica de conseguir los recursos antes de aprobar las obras.

Fueron sus famosas medidas pedagógicas para ahorrar agua y reducir muertes violentas las que nos grabaron en la memoria su estilo: La campaña de ahorro voluntario de agua, la hora zanahoria y la prohibición del uso de pólvora por particulares, con las que demostró la eficacia de sus métodos para conseguir el cambio en la cultura ciudadana.

Este maestro ha sido dos veces alcalde y nunca dejó de sorprendernos con su legado de enseñanzas y herramientas –la perinola, la espada rosada- para asegurar que su mensaje estuviera siendo captado, entendido y, cómo no, aplicado. Por lo demás, es considerado uno de los políticos más honestos y transparentes de este país.

JK Rowling: la profesora que saltó a la fama.

Después de estudiar francés en la Universidad de Exeter, Joanne K. Rowling trabajó en Amnistía Internacional, un organismo de protección de los derechos humanos.

Tiempo después decide trasladarse a Manchester, donde sentada en un tren, tras un fin de semana buscando piso, se le ocurre la idea de Harry Potter. Esa misma noche empezó a escribir la historia.

Sin embargo, pasó tiempo antes de que pudiera terminarlo: trabajó como profesora de inglés en Portugal, y escribía la historia en el poco tiempo que tenía disponible, pues debía hacer turnos en la tarde y en la noche. Terminó de escribir a mano y luego debió mecanografiar todo el manuscrito.

Al finalizar, envió tres capítulos a un agente que le devolvió el manuscrito al día siguiente. Luego, otro agente si le pidió ver todo el libro y tras un año de buscar editor, logran publicarlo. Ahora, está terminando la saga de siete libros, de los cuales ya ha publicado cinco que han sido éxito total en ventas.

Por Milena Clavijo

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